lunes, 3 de agosto de 2015

SENSO


                    

En vez de una góndola negra quisiera tener un violín
para con la crin del arco ahorcar mi amor por ti,
Franz Mahler, eres débil como un héroe, frío como el sexo,
ojalá pudiera con mi sangre y el agua alta tallar un rubí
para rayar el culpable diamante de mi amor por ti,
qué fulgor de belleza y vileza si te comparo con Venecia,
la avaricia de sus aguas con tu ruindad, vuestra decadencia,
las tenazas de su humedad con tu herrumbrosa conciencia,
la inminencia de vuestra muerte rutilante en el misterio de las loggias,
qué esplendor de oro y miseria si te comparo con Venecia,
sus epidemias con tu corrupción, vuestra mala influencia,
la gloriosa podredumbre del Gran Canal con tu falso orgullo de oficial,
las máscaras sobre las calaveras en carnaval con tu boca sensual, falaz,
el luto de las góndolas como la mía con tu corazón color cuervo,
el corroído mármol de la escalinata con tu cobarde capa blanca,
la lepra de miserables palacios con la maldad que te roe el uniforme,
teniente Franz Mahler, Bruckner o como te llames,
eres joven como un asesino, cobarde como un viejo,
qué tristeza de amaneceres si te comparo con Venecia,
con su vileza, con su belleza, con su decadencia,
su bruma de seda con las escamas de tu alma,
tenéis la misma cuchilla entre los ojos de paloma,
qué pena si te comparo con Venecia y con la guerra de independencia,
si comparo tus cambios con las mareas de los canales o la fortuna de las batallas,
tu hipocresía con la de los valses que con ritmo áureo disfrazan la muerte,
con la de rojas condecoraciones que disimulan las heridas y la sangre,
con la de las arengas y los informes oficiales que ocultan el frío, el hambre,
eres cálido como la fiebre, generoso como el oro,
Franz Mahler, Wagner o como te llames, qué horror de sables,
cuánta culpa de ladrones y generales,
si te comparo con Venecia, con Venecia y con la rosa blanca de mi inocencia,
que a los cuarenta me ha hecho reflejar los últimos destellos de mi belleza
en el espejo de tu juventud y de los canales lunares de Venecia,
mi inocencia, rosa blanca quizá tan falsa como la guerra,
esa vieja dama que oculta sus lacras bajo el tafetán y la gloria,
porque troqué mi pudor por media hora de amor,
porque vendí la dignidad por tus caricias, por un orgasmo la tricolor,
porque aposté por el placer ya que sabemos que vamos a perder, perecer,
Franz Mahler, Bruckner, Wagner o como te llames,
como el tifus contraje este triste y culpable amor por ti,
soy clara como la historia, joven como Venecia, grave como un violín,
inocente como la guerra, pura como el Gran Canal,
blanca como mi góndola que en las aguas recuerda un ataúd o un violín,
y a tu muerte me acerco con un eco de pasos por las plazas de la noche,
con las detonaciones de un fusilamiento que trae el viento,
en vez de una góndola quisiera tener un violín
aunque solo fuera para acallar las voces de mi sangre, mi rosa carmesí,
ojalá con el agua alta y con mi sangre supiera tallar un rubí
para poder rayar el culpable diamante de mi recuerdo de ti,
ojalá gozara de la facultad de la palabra feliz
para en un poema renegar de mi amor por ti.


                                             

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